viernes, junio 03, 2016

Creatividad y educación. (Dr. Humberto Zaccarelli)

       El desarrollo de la creatividad en la educación debe preparar a la juventud del futuro que se presenta en un permanente cambio donde los individuos no se pueden enfocar para un solo trabajo. Dice Carmen Díaz1 “No podemos pensar como antaño, cuando los oficios se heredaban de padres a hijos”. La globalización, el avance técnico y científico, los cambios bruscos en las manifestaciones artísticas, requieren de un hombre que esté preparado para asumir diferentes roles, distintos trabajos o modificaciones que puedan surgir en sus profesiones.

     La educación debe preparar hacia la formación de personas con apertura de mente, flexibilidad, tolerancia, de modo que se puedan poner en funcionamiento todas las facultades creadoras de la mente. La educación debe preparar para la creatividad, una creatividad para la vida, desde donde la persona vea el existir cotidiano como un desafío de potenciales nuevos que permitan desarmar la rutina, haciendo cambios, mejorando situaciones, cuestionándose, planteando caminos de alternativa, formando un ser autónomo, maduro y libre, que naturalmente es la esencia de ser democrático.

La capacidad creadora se considera generalmente como un comportamiento constructivo, productivo, que se manifiesta en la acción y en la realización, dice U. Lowenfeld2. Esta capacidad se verá reflejada en la vida misma, en el quehacer diario, en el trabajo, en la relación con la familia y con los demás; ‘constructivamente’, significa buscar diferentes salidas a una cuestión, inventar nuevas formas de hacer el amor, nuevas maneras de convivir, descubrir que la monotonía debe ser desterrada.
     
 La educación, especialmente desde los primeros años, debe enfatizar el accionar creativo en todas sus formas, sin restricciones psicológicas y físicas, que generalmente el sistema o el entorno coloca generando un trabajo poco pedagógico y muchas veces más fácil, conduciendo al niño y más tarde al joven por un camino recto sin posibilidad de desarrollar su curiosidad y su comportamiento exploratorio. ¿Qué tipo de hombre para el futuro se quiere formar? Naturalmente un individuo investigador y no reproductor de ideas, curioso, indagativo, cuestionador a veces, buscador de la verdad y de nuevas y diferentes soluciones a un problema, descubridor de la ruta de encuentro entre posiciones antagónicas. En definitiva un individuo creativo, que debe empezar a formarse en el hogar y en el contexto del sistema educacional.



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